Desde Priority queremos darte una serie de pautas básicas que debes seguir para limpiar tus joyas de oro. Es importante seguir las recomendaciones que te iremos dando, ya que son muy susceptibles de arañazos, y podrían dañarse fácilmente.
Para limpiar las joyas de oro vamos a necesitar lo siguiente:
- Un recipiente con agua tibia.
- Una pastilla de jabón neutro: el jabón debe ser jabón neutro para evitar en la medida de lo posible los productos químicos como los colorantes.
- Un cepillo de dientes: es imprescindible que el cepillo de dientes sea suave, para asegurarnos de que no dañamos la joya
- Un trapo limpio de algodón: es recomendable utilizar un paño de algodón en lugar de papel de cocina, ya que, en ocasiones, el papel absorbente puede arañar superficialmente nuestra joya, cosa que no ocurre con el algodón.
Paso 1:
Cuando tengamos todo lo de la lista anterior preparado, comenzamos sumergiendo el cepillo de dientes en el recipiente de agua tibia. Cuando el cepillo esté mojado, lo frotamos contra la pastilla de jabón neutro, de forma que quede jabón en las cedras del cepillo.
Paso 2:
Una vez que nuestro cepillo tenga espuma, podemos comenzar a limpiar nuestra joya de oro. Intentaremos llegar a todos los recovecos de la joya con el cepillo, de hecho, es el motivo por el que usaremos un cepillo de dientes.
Este es el paso más delicado de todos, pues es muy importante tener en cuenta lo siguiente:
- No frotar demasiado fuerte la joya con el cepillo de dientes. La fuerza que apliquemos tendrá que ser muy suave, o el oro podría arañarse.
- Si la joya tiene incrustado algún adorno, es fundamental no cepillar en exceso en la base del adorno, o podríamos acabar desprendiendo dicho adorno de nuestra joya. Además, si la gema es auténtica, debemos tener aún más cuidado a la hora de frotar con el cepillo. Nosotros recomendamos limpiar joyas de oro con un cepillo de dientes si esta joya no presenta ningún tipo de gema. En caso contrario, lo correcto sería acudir a un joyero.
Paso 3:
Cuando hayamos limpiado nuestra joya, para retirar el jabón la sumergiremos en el cuenco de agua tibia. Pasados un par de minutos podremos cogerla del cuenco y secarla con el paño de algodón, dando pequeños golpecitos.
Por último, queremos advertiros de que esta forma de limpiar tus joyas de oro es recomendable únicamente si os corre prisa sacarles brillo para alguna ocasión especial y ya no tenéis tiempo de llevarla al joyero. En el caso de que dispongáis de tiempo suficiente, lo recomendable siempre es acudir a un especialista.