Sin duda el oro blanco siembre ha rivalizado con el clásico oro amarillo. Sin embargo, es cierto que cada vez vemos más joyas fabricadas de este material, que va ganando terreno poco a poco.
Composición
El oro blanco está compuesto por oro y una combinación de otros metales como la plata o el paladio que le darán ese inconfundible color plateado. La característica más importante del oro blanco reside en su espectacular brillo, llegando a brillar mucho más que la plata. El oro blanco adquiere ese brillo gracias al rodio, un metal muy raro de la familia del platino. El oro blanco pues, se sumerge en rodio, adquiriendo así su efecto espejo característico.
¿En qué se diferencia del oro amarillo?
Es cierto también que el oro blanco se distingue del oro amarillo por su precio, que es más elevado. Esto se debe principalmente a la mezcla de metales con los que se elaboran las joyas de oro blanco, como por ejemplo el rodio, que eleva mucho su precio. A diferencia de la composición de las muy antiguas joyas de oro blanco, que estaban compuestas en su totalidad de oro y plata. Además de su elevado precio, el oro blanco también es más resistente – o menos blando – que el oro amarillo, pues resiste mucho mejor los arañazos y marcas.
Todas estas características especiales hacen que las joyas de oro blanco posean un mayor atractivo y sean símbolo de refinamiento y elegancia. Es por eso que las joyas fabricadas con este material son tan valoradas y están tan demandadas .
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